viernes, 27 de marzo de 2009

La leyenda del mojón

Autor: Juan Pedro López
payador uruguayo

- I -

Llovía torrencialmente
y en la estancia del mojón,
como adorando el fogón,
estaba toda la gente.
Dijo un viejo de repente:
Les voy a contar un cuento,
ahura que el agua y el viento
traen a la memoria mía
cosas que naides sabía
y que yo diré al momento.

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- II -

Tal vez tenga que luchar
con más de un inconveniente
pa´que resista la mente
el cuento, sin lagrimiar
pero Dios, que supo dar,
pacencia a mi corazón,
tal vez venga esta ocasión,
a alumbrar con su reflejo,
el alma de un gaucho viejo
que ya lo espera el cajón.

- III -

No se asusten, si mi cuento,
les ricuerda, en este día,
algo que ya no podía
ocultar mi sentimiento.
Vuelquen todos un momento
la memoria en el pasáo
que allí verán retratáo
con tuitos sus pormenores
una tragedia de amores
que el silencio a sepultáo.

- IV -

Hay cosas que ya no puedo
detallar, como es debido.
Unas, porque se han perdido,
y otras, porque tengo miedo,
pero ya que en el enredo
los metí pido atención,
que si la imaginación
me ayuda en este momento
conocerán por mi cuento
la Leyenda del Mojón.

- V -

Alcansenmén un amargo
pa´que suavice mi pecho
que voy a dentrar derecho
al asunto, porque es largo.
Haré juerza sin embargo,
pa´llegar hasta el final,
y si atiende cada cual
con espíritu sereno,
verán como un hombre güeno
llegó a hacerse criminal.
- VI -

Sesenta años quien diría
que vivo aquí, en estos pagos,
sin conocer más halagos
que la gran tristeza mía,
sesenta años no es un día,
y eso ténganlo por cierto,
más si mis dichas han muerto
ahura tengo la virtú,
de ser pa´esta juventú
lo mesmo que un libro abierto.
- VII -

Iban a golpiar las manos
por lo que el viejo decía:
pero una lágrima fría
los detuvo a los paisanos.
Hay sentimientos humanos
-dijo el viejo conmovido-
que los años, con su ruido,
no borran de la memoria
y este cuento es una historia
que pa´mi, no tiene olvido
- VIII -

Allá en mis años de mozo,
y perdonen la distancia,
sucedió que en esta estancia
hubo un crimen misterioso.
En un alazán precioso
llegó aquí un desconocido,
mozo lindo, muy cumplido,
que al hablar con el patrón
quedó en la estancia de pión
siendo dispués muy querido
- IX -

Al poco tiempo nomás
el amor lo picotió,
y el mocito se casó
con la hija ´el capataz.
Todo marchaba al compás
de la dicha y el amor,
y pa´grandeza mayor
Dios les mandó un cariño:
un blanco y hermoso niño
más bonito que una flor.
- X -

Y ansí pasaron los años
muy felices en su choza
ella, alegre y güena moza,
el, fuerte y sin desengaños,
pero misterios extraños
llegaron, y la traición,
deshizo del mocetón
sus más queridos anhelos
y el fantasma de los celos
se clavó en su corazón
- XI -

Aguantó el hombre, callao,
hasta dar con la evidencia
y un día fingió una ausencia
que jamás había pensáo.
Dijo que tenía un ganao
que llevar pa´la tablada
que era una buena bolada
pa´ganarse algunos pesos,
y entre sonrisas y besos
se despidió de su amada.
- XII -

A la una ´e la mañana
del otro día, justamente,
llegó el hombre de repente
convertido en fiera humana.
De un golpe hechó la ventana,
contra el suelo, en mil pedazos
y avanzando a grandes pasos,
ciego de rabia y dolor
vido que su único amor
discansaba en otros brazos.
- XIII -

Como un sordo movimiento
enseguida se sintió,
dispués,un cuerpo cayó
y otro cuerpo en el momento.
Ni un quejido ni un lamento
salió de la habitación,
y pa´concluir su misión
cuando ya los vió dijuntos,
los enterró a los dos juntos
donde hoy está ese mojón.
- XIV -

En la estancia se sabía
que la ingrata lo engañaba,
pero a él naides le contaba
la disgracia en que vivía.
Por eso la polecía
no hizo caso mayormente,
pues dijeron "la inocente,
se jue con su gavilán",
en cambio los dos están
discansando eternamente.
- XV -

¡Ahijuna! gritó un paisano
si es ansí lo q´ habla el viejo
¡eso es un macho canejo
yo le besaría la mano!
¡yo soy! -le gritó el anciano-
venga hijo, besemé,
porque fui yo el que maté
a tu madre disgraciada
porque en la cama abrazada
con otro hombre la encontré.
- XVI -

-Hizo bien tata querido
-gritó el hijo sin encono-
¡venga viejo, lo perdono
por lo mucho que ha sufrido!
pero ahura, tata, le pido
que no la maldiga más,
que si jue mala y audaz
por mi, perdónela padre
q´ una madre siempre es madre
dejelá que duerma en paz
- XVII -

Los dos hombres se abrazaron
como nunca lo habían hecho
juntando pecho con pecho
como dos niños lloraron.
Padre e hijo se besaron,
pero con tal sentimiento,
que el humano pensamiento
no puede pintar ahora
la escena conmovedora
de aquel trágico momento.
- XVIII -

Los ojos de aquella gente
con el llanto se inundaron
todos mudos quedaron
bajo un silencio imponente.
Dijo el viejo nuevamente
¡allí están en el mojón!
y poniendo el corazón,
el anciano en lo que dijo,
le pidió perdón al hijo
y el hijo, le dio el perdón.

3 comentarios:

Serj dijo...

Muy bueno!!!! Me encanto. Cerasuolo es un genio!!!

Anónimo dijo...

¿Qué carajo tiene que ver Cerasuolo?

Reinaldo Larroudé dijo...

Estimado Anónimo: del 6 de septiembre de 2009 21:50

Hay un reproductor de voz entre la primer y segunta estrofa (que indica Escuchar). Allí se oye a Cerasuolo recitando el poema.
Tiene que ver con ese carajo.